lunes, 19 de marzo de 2012

LILITH DarkMoon


No fue Eva la primera mujer sacada de las costillas de Adan sino un mujer llamada Lilith creada, como Adan, de polvo.
Lilith fue un error de Dios, pues Lilith se revelaría ante él proclamando los mismos derechos que Adan. Lilith escapó lejos del paraíso, por lo que Dios mando tres Ángeles en su búsqueda; al encontrarla atentó contra él mandándola al Mar Rojo donde sería encerrada toda una eternidad. (Casualmente uno de los Ángeles que Dios mandó sería expulsado del paraíso, conocido en la nueva Biblia como el ángel caído Satanás). Lilith enfurecida y llena de odio por su encierro muy pronto conoció a su compañero de celda, el mismísimo diablo, quien la ayudó a salir del Mar Rojo escapando a la tierra prometida.

Cuando ya había sido creada Eva de una costilla de Adan. Y la vida de Lilith permaneció oculta en el olvido.
Lilith, con su desnudez y hermosura, fue la seductora de la oscuridad, la protectora de la liberación y la libertad y no una esclava al servicio de un hombre, creando poco a poco el caos de la libertad de voz y sexualidad.

Lilith, con ayuda de Satanás, convirtiéndola en serpiente fue quien provocó la tentación de la famosa fruta del pecado (la Biblia nunca menciona una manzana si no la fruta del pecado), y no fue Satanás la serpiente sino Lilith.

La imagen de su rebeldía y su unión al lado de la oscuridad dieron a provocar que Lilith era una mujer que se podía convertir en una bestia nocturna conocida como vampiro.

En astrología, Lilith es un punto que se averigua mediante las posiciones de la luna y la Tierra. Su representación es una Luna Negra, y hace referencia a "deseos ocultos, lados reprimidos de nuestra personalidad, experiencias dolorosas y rincones oscuros de nuestra psique". En astronomía, Lilith es simplemente el asteroide 1181, descubierto el 11 de febrero de 1927.

Sea como fuere es evidente que Lilith es el perfecto símbolo para representar a la mujer emancipada, la que no se somete al hombre y busca la igualdad. Lilith es un ejemplo claro de cómo la mitología también nos puede ayudar a encontrar las raíces del feminismo.

TARIJA Qué signifca tan churo nombre?


El historiador Elías Vacaflor Dorakis investigó 12 años para conocer el verdadero significado y origen de la palabra “Tarija”, que es el nombre que tiene el valle del sur de Bolivia. Lo cierto es que se trata de un vocablo español y árabe que significa torre o torrecilla y que era el apellido de un conquistador árabe.
Este trabajo de investigación empezó en mayo de 1998, fruto de una serie de preocupaciones y dudas en torno a un artículo publicado por el historiador Rossel en 1993, en Tarija, que titulaba “El origen histórico de Tarija”, que daba a conocer que el nombre de Tarija, de acuerdo a El Mercurio Peruano, era en homenaje a un “supuesto” conquistador español de nombre Francisco Tarija.
Entonces para constatar esa versión, Vacaflor logró conseguir los ejemplares de El Mercurio Peruano al que se hacía referencia. Efectivamente, en la edición 37, del 8 de mayo de 1791, da inicio al trabajo titulado “Descripción Histórica de la provincia de Chichas y Tarija”. En la página 19 da cuenta que después de los conflictos entre los bandos de Pizarro y Almagro hubo un grupo de españoles que no estaban contentos con los enfrentamientos, y uno de ellos, Francisco Tarija, se instaló al sur del territorio. Sin embargo, en el artículo no se indica cual era su patria, aunque se presumía que era sevillano.
Una vez que el historiador tarijeño obtuvo estos datos, inmediatamente recurrió a la Biblioteca Nacional de Chile para buscar publicaciones de cronistas de la época, como Pedro Lobera y Cristóbal de Molina, con el objetivo de verificar la expedición de Almagro con el fin de conquistar Chile.
En todos los relatos no aparece el nombre de Francisco Tarija. Luego de revisar los archivos de Sevilla, encontró la lista de pasajeros a las Indias con más de 3 mil nombres españoles que llegaron a la América de 1.520 a 1.612. Después de revisar las láminas y microfilms, en ninguna parte aparece Francisco Tarija. Por lo tanto, según Vacaflor, la teoría que atribuye el nombre de Tarija a ese español se desvirtuó.
Sin embargo, en esa tarea de revisar la historia de Almagro y los nombres de la expedición pudo constatar e identificar las estrategias para la conquista de Chile que inició en enero de 1535. Para tal objetivo, Almagro organizó a siete grupos de españoles que partieron de Cuzco.
Llamó la atención que la primera expedición estaba integrada por tres españoles (Juan de Sedizo, Antonio Gutiérrez y Diego Pérez), además de un séquito inca, que se dirigió al sur del Collasuyo, lo que implicaba la parte de Tupiza. Los expedicionarios tenían la misión de llegar hasta Tupiza y esperar a Diego de Almagro.
Este grupo partió de Cuzco el 12 de junio de 1535 y llegó a Tupiza a inicios de agosto del mismo año. Sin embargo, una vez que arribó a Tupiza, los españoles se enteraron que en el este había un pueblo abandonado, y deciden ir por el camino precolombino, es decir, por el camino del inca.
Al bajar el camino del Inca, los tres españoles llegaron al valle de Rosillas y por una serie de similitudes de orden geográfico e histórico con el Valle de Torija lo bautizaron, a mediados de agosto de 1535, como el “Valle de Tarija”. Ocurrió 39 años antes de que se funde la Villa de San Bernardo de Tarixa por Luís de Fuentes y Vargas.
Esta versión de los hechos puede ser corroborada también con las actas notariales del escribano Juan de Grageda, nombrado por el rey para acompañar la expedición de Paria (Oruro) a Tarija en 1539 (35 años antes de la fundación de Tarija). El objetivo era que a nombre del emperador Carlos V y del gobernador de Perú, Francisco Pizarro, se pueda fundar un pueblo en el Valle de Tarija. Entonces, Vacaflor preguntó: “¿Cómo sabían que en el sur existía un “Valle de Tarija” en 1539?” Por consiguiente la lógica demuestra que había referencias sobre ese lugar previamente.
Esa nueva expedición partió en junio de 1539 y llegó al Valle de Tarija el 6 de septiembre del mismo año a lo que es hoy Rosillas. Sin embargo, la expedición fracasó porque no logró fundar el pueblo. Pasaron 35 años, hasta 1574, para que el virrey Toledo le instruyera a Luís de Fuentes y Vargas para que funde varias villas, y la primera fue en el Valle de Tarija y con el nombre de Villa San Bernardo de Tarixa.
Es decir, que Luís de Fuentes obedeció el mandato del virrey Toledo, que era el representante del rey de España. Ellos estaban debidamente informados del descubrimiento de este lugar. En todo caso, Tarija fue bautizado en agosto de 1535.
Ahora, ¿de dónde viene la palabra Tarija? Vacaflor comenta que la historia muestra que en el año 711 un grupo de árabes derrotó en la batalla de Guadalupe al rey de Asturias en España, y a partir de ese entonces los árabes conquistaron toda la península, y uno de ellos se dirige a buscar la “mesa de Salomón”.
Se trata de Tarik Ben Zeiag, quien según los libros de historia llegó a un Valle que lo nombró Tarij (hoy Torija). Pero la dialéctica menciona que si una palabra termina en la consonante j, se debe poner la vocal a. Al parecer, por ello se llamó a este lugar en España con el nombre de Tarija o Torija.
En este sentido, Vacaflor envió una carta al alcalde del Valle de Torija, de España, que se encuentra en un ayuntamiento del municipio de Guadalajara de la ciudad autónoma de la Castilla de la Mancha para que le brinde mayor información y saber la razón por la cual los tres españoles la bautizaron con el nombre del Valle de Tarija.
Dos historiadores españoles, Andrés Pérez y Margarita del Olmo Ruíz, y los concejales de cultura de Torija, ayudaron a identificar cuál de los tres españoles que llegaron a Tupiza tenía un origen de Castilla de la Mancha. El concejal Vicente Aguado mencionó que el apellido de uno de ellos (Sedizo) viene de la cultura árabe. Por ello, este español tomó sus tradiciones para bautizar a Tarija con ese nombre.
La razón principal para que Sedizo bautizara con ese nombre a la región es porque el área de Torija de España cuenta con gran cantidad de castillos. La palabra Tarija significa torre y torrícula.
Cuando Juan de Sedizo terminó de descender de Tupiza al nuevo Valle, se encontró con una ciudad de piedras que había en Tarija, lo que hoy es el Antigal cerca de Alizos, que era una propiedad de la familia Castellanos. Se caracterizaba por tener construcciones parecidas a torres. En la actualidad hay unas cuantas ruinas de esas fortificaciones en Rosillas.
El arqueólogo Jorge Arellano, en su trabajo titulado “La Cultura de Tarija, aporte al conocimiento de los señoríos del sur de Bolivia”, menciona en la página 74 que son mínimos los antecedentes descriptivos de carácter arqueológico con relación a Tarija. Sin embargo, las primeras noticias fueron dadas por Arturo Posnansky, quien en un artículo publicado en 1947, hace referencia a un descubrimiento al pie de la cordillera oriental de Tarija, una antiquísima población , la del Tulku Marca (ciudad laberíntica), hoy denominada Antigal.
“Antigal es la ciudad que encontraron los primeros tres españoles, y Sedizo hizo alusión a las torres de la Castilla la Mancha del Valle de Torija en España para compararlas con las ruinas de Tarija”, afirma Vacaflor.
Así, Tarija viene de dos orígenes: de un término árabe que significa torre o torrecilla, y del nombre un conquistador árabe llamado “Tarik”. De todas maneras, el historiador tarijeño está convencido de que el Valle de Tarija fue bautizado en agosto de 1535 y de que su nombre no tiene un origen aymara, quechua o guaraní, como dicen otros investigadores.
“Esto es fruto de un trabajo de 12 años de investigación. Se descarta el nombre de Francisco de Tarija que publicó El Mercurio Peruano porque nunca existió de acuerdo a la bibliografía de todos los españoles que participaron con Almagro en la conquista a Chile. Tarija es una palabra de origen español y árabe”, finalizó.
“Los tres españoles, al bajar el camino del inca, llegaron al valle de Rosillas, y por una serie de similitudes de orden geográfico e histórico con el Valle de Torija, lo bautizaron como el “Valle de Tarija” a mediados de agosto de 1535. Eso ocurrió 39 años antes de que se funde la Villa de San Bernardo de Tarixa por Luís de Fuentes y Vargas”.

EL PAPA QUE FUE MUJER


La aseveración que los papas son los sucesores del apóstol Pedro, viene a ser la base o piedra angular del romanismo católico, y sin él la Iglesia Romana simplemente no podría funcionar: «El Pontífice romano, como sucesor de Pedro, es la perpetua y visible fuente y fundamento de la unidad de los obispos y de toda la compañía de los fieles «

El monje benedictino Marianus Scotus (1028-86), pasó los últimos 17 años de su vida en la Abadía de Mainz. La misma ciudad alemana donde Juana había nacido 250 años antes. Este cronista, en algunos de sus manuscritos de su Historiographi donde describe eventos hasta el año 1083, tiene una anotación en el año 854 que dice: «El Papa León murió en las Calendas de agosto. Fue reemplazado por Juana, una mujer, que reinó por dos años, cinco meses, y cuatro días» (Marianus Scotus, Hist. sui temp. ciar.; RGSS I, p.639; citado en The Femóle Pope, Rosemarie and Darroll Pardoe, 1988, p.14). Posteriormente, en el siglo XII, tenemos dos cronistas que hacen referencia a la Papisa Juana. Cronológicamente primero está Sigebert de Gemblours, un monje benedictino nacido en 1030 y muerto en 1112 o 1113. Su historia, la Chronographia, termina en el año 1112, y contiene la siguiente corta narración bajo el año 854: «Se rumora que este Juan es una mujer, y conocida así solamente por su familiaris (compañero) que terminó enbarazándola. Dio a luz mientras era Papa, debido a lo cual ciertas gentes no la cuentan entre los papas...».

El segundo cronista es Gotfrid de Viterbo, secretario de la Corte Imperial. En su obra el Pantheon, de 1185, incluye una nota después del Papa León IV, donde especifica que Juana, el Papa femenino, no es contado.

Las referencias más amplias y precisas respecto a la Papa Juana datan del siglo XIII, y fueron registradas por Martín Polonus. Martín, un sacerdote que pertenecía a la Orden de los frailes Dominicos, era originario de Troppau en Polonia, y se le conoció frecuentemente como Martín von Troppau. Después, cuando fue a Roma, obtuvo el nombramiento de capellán papal y penitenciario. Sus deberes en la burocracia de la Iglesia le dejaban bastante tiempo libre para el estudio, así que se dedicó a un pasatiempo muy popular en la Edad Media, la compilación de una crónica histórica. Para esto se valió de los Archivos Vaticanos, a los cuales tenía fácil acceso dada su posición en la curia papal. Su obra, Chronicon Pontiflcum et Imperatum, en donde registra el caso de la Papa Juana, fue un best-seller de su tiempo y se difundió por todo Europa, alrededor del año 1265. La obra se consideró de carácter casi oficial, pues reflejaba la autoridad y opiniones de la misma Iglesia.
Por otro lado, para evitar la elección de otra mujer Papa en la «legítima línea de sucesión apostólica» de los papas romanos, se desarrolló una extraña tradición en el Vaticano que perduró hasta el tiempo del Papa León X (1513-21). La cual consistía en que los papas, antes de ser coronados, se sentaban en una silla de mármol rojo para ser examinados a fin de probar su sexo. La silla estaba agujerada pues había sido en realidad un excusado de los antiguos baños públicos romanos. Y, de la misma manera como solían restaurar todo aquello que tenía que ver con el gran pasado pagano de Roma, la silla también fue restaurada e introducida en la ceremonia papal.A esta silla la denominaron entonces como la Sella stercoraria. Y, durante la ceremonia de inspección, un diácono metía la mano por debajo de la silla para palpar los genitales y cerciorarse del sexo del fututo Papa, y después gritaba ¡Habet!, la gente entonces contestaba ¡Deo gratias! (Gontard, op.cit., p.190; The Bad Popes, E. R. Chamberlain, 1969, p.91). Respecto a la existencia de esta silla existe también el testimonio del inglés William Brewyn, que en 1470 compiló un fascinante libro guía de las iglesias en Roma. Cuando describe la capilla de San Salvador en la Basílica de San Juan Laterano, dice: «...en esta capilla existen dos o más sillas de mármol rojo, con aberturas en ellas, sobre las cuales según he escuchado, se prueba si el Papa es hombre (A XV th Century Guide-Book to the Principal Churches of Rome, William Brewyn, 1900, p.33).